RELIGIÓN
Significado de la
resurrección de cristo
¿Qué significa para nuestra vida la Resurrección?
La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder sobre él, entonces Él tiene el poder de levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración. Sólo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte. Sólo Él puede revertir la atrocidad que es la muerte misma, y sólo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la resurrección de Jesús de la tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.
Segundo, la resurrección de Jesús es un testimonio para la resurrección de los seres humanos, la cual es un principio básico de la fe cristiana. A diferencia de todas las otras religiones, sólo el cristianismo tiene un fundador que trascendió la muerte y quien prometió que Sus seguidores harían lo mismo. Todas las otras (falsas) religiones fueron fundadas por hombres y profetas, cuyo fin fue la tumba. Como cristianos, somos confortados en el hecho de que nuestro Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados, fue muerto y resucitado al tercer día. La tumba no pudo retenerlo. Él vive y ahora está sentado a la diestra de Dios el Padre en el Cielo. La iglesia viviente tiene una Cabeza viviente.
(El Papa ha dicho en español:)
Queridos hermanos y hermanas:
Deseo reflexionar sobre el valor salvífico de la Resurrección de Jesús, en la que se funda nuestra fe y por la que hemos sido liberados del pecado y hechos hijos de Dios, generados a una vida nueva. Éste es el don más grande que recibimos del Misterio Pascual de Cristo. Dios nos trata como hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza y nos ama aun cuando nos equivocamos. Esta relación filial con el Señor debe crecer, ser alimentada cada día con la escucha de su Palabra, la oración, la participación en los Sacramentos y la práctica de la caridad.
Comportémonos como hijos de Dios, sin desanimarnos por nuestras caídas, sintiéndonos amados por Él, sabiendo que Él es nuestra fuerza. Ser cristianos no se reduce sólo a cumplir los mandamientos, es ser de Cristo, pensar, actuar, amar como Él, dejando que tome posesión de nuestra existencia para que la cambie, la trasforme, la libere de las tinieblas del mal y del pecado. A quien nos pida razón de nuestra esperanza, mostrémosle a Cristo Resucitado y hagámoslo con el anuncio de la Palabra, pero sobre todo con nuestra vida de resucitados.
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